17 octubre 2006

Fiesta, Risas y Cientos de Fotos. Crónica de una fiesta anunciada.


De vez en cuando hay fines de semana que no quieres que acaben. Son distintos, espectaculares, llenos de momentos y capaces de imbutirte de felicidad a cada migaja de fracción de segundo. Tal y como muchos ya han contado en sus respectivos fotoblogs (aquí, aquí, y aquí) este fin de semana fue grande. La visita de la tropa Astur requería un gran fin de semana. Tras un miércoles en que estuve realmente jodío por culpa de una inflamación de garganta, lo que me impidió salir, el jueves amanecí a eso de las 19.00 de la tarde (todo el día en la cama para ponerme bueno, por supuesto). Una breve llamada me informó que el carro de Odín astur había perido una herradura, impidiendo un correcto funcionamiento del resto del vehículo, dejando a la tropa paralizada en en la meseta vallisoletana. Sin embargo los guerreros astures no se amedrentaron y tras establecer contacto con uno de los súbditos de los dioses del camino castellano, prosiguieron sus andanzas hasta Salamanca dejando su carro al cuidado de dichos dioses menores. Una vez en Salamanca ya se les pudo hacer entrega del Palacio Falensis que en préstamo se les prestó este fin de semana (por cierto un Palacio con fuentes en el exterior, sistema de reconocimiento de ADN correcto para el proyecto Gataca y rodeado de guardias de corps).

Como viene siendo costumbre, se procedió a la revisión de las tropas recién llegadas por parte de los adelantados y reservas presentes en Salamanca. Tras ello se procedió a degustar manjares típicos de la vida estudiantil, como es el mítico Kebab del restaurante Shadarma. Ante mi aún tambaleante garganta salimos de tranqui con más componentes de la tropa charra (cosa que no se logró). Hubo un pequeño percance donde uno de los componentes fue agredido pero afortunadamente la cosa no fue a más. Finalmente solos en la batalla Esbirro de Exterminio y un servidor terminamos comiendo filetazos a las 7.30 am en mi hogar.

El viernes empezó a eso de casi las 15.00, tras una mañana llena de intentos de dormir mientras fuerzas externas mandaban truenos sobre nuestras cabezas (están de obras en mi edificio), pero aún así soportamos estoicamente. Procedimos a una reunión de toda la tropa junto con viejas amistades de cuando Shultz y yo vivíamos en el Olimpo y hubo una gran chacinada de carnaza que fue satisfactoria. Tras la chacinería hubo que ir a buscar el carro de Atom, que ya había sido reparado por el dios charro Seatus. Durante la recuperación del carro recibí una llamada de una de mis diosas favoritas: mi prima, que se encontraba presente en Salamanca con sus amigas en un acto de contenido puramente femenino: estaban de compras. Tras dejar el carro odínico, a Atom y a Biocrisis en el Palacio Falensis, Esbirro y servidor procedimos a la captura de mi diosa y sus doncellas, aunque la captura fue dificil: hubo que luchar contra las infames hordas de compradoras de Mango, Berskha e Intimissi. Una vez controladas las féminas y accediendo a sus deseos de efectuar la metamorfosis a "chicas vestidas de fiesta", nos unimos nuevamente con toda la tropa para degustar manjares charros en forma de pinchos y sartenes de huevos y patatas. La noche fue también sabia y nos homenajeó con grandes momentos, permitiendo a algunas descubrir el nectar divino denominado "Leche Rizada".

El sábado amaneció ligeramente más temprano que el viernes. Como no todo va a ser carnaza, degustamos delicias ofrecidas por Atom y Biocrisis en forma de macarrones con tomate y atún tun tun en el Palacio Falensis. Se imponía una comida ligera, ya que la tarde estuvo cargada de turismo por la ciudad. Finalmente procedimos a ir a uno de los centros de abastecimiento, para preparar la gran hecatombe final: fiesta en mi casa.

La fiesta fue salvaje. Gente y gente por todas partes. Había más de 40 personas (llegó un momento en que ya no se podía contar) de múltiples sitios: españoles, italianos, germanas... El sector alemán se irigió inicialmente formando un gran Muro de Berlín, el cual finalmente pudo ser superado gracias a la existencia de un factor sorpresa: globos inflables y la creación de un nuevo totem/golem para el salón: Mr. Palonccino. Esbirro conquistó sabiamente al sector italiano y les permitió aprender frases mágicas como "páharo", que repetían luego ante su niulíder. La bebida corrió (2 piñas coladas que hice duraron apenas 15 minutos), la gente iba puesta hasta el culo, etc.... hubo competición gimnástica (vencedor: España), lucha de cocktails... brutal. Finalmente se salió de juerga por la ciudad, aumentando la diversión, posibilitando el acercamiento hostil a mujeres, perros y contenedores y degustando ricas hamburguesas.

Y el domingo.. bueno.. incluso los dioses tienen que descansar. Estado vegetativo, salvo los breves momentos de limpieza de la batalla del día anterior. La tropa volvió feliz a Oviedo, con marcas de guerra en el interior que creo que tardarán en olvidar. Y yo... bueno, eso ya es otra historia ;)

1 abrazo a todos los implicados.

PD.- La fotos ya están en Ringo.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jejeje y yo esta me la perdi, pero la proxima no...las fotos muy buenas...y las anecdotas que circulan por aqui tb..si esque salmacna da pa muchoooo

un saluditooo

23:53  
Anonymous Anónimo said...

Jejeje, esbirro por donde va, triunfa. Udri, te pasarás mucho tiempo repitiendo lo de "páharo", Oooodín, y lindezas similares que causarán estragos entre tus allegados (grítaselo a los obreros, a ver qué pasa ;o)

10:12  
Blogger Udri said...

A ver, a ver si podemos seguir debilitando el muro de Berlín espadón en mano.

Ya le he pedido al Danielle que me pase los datos de Lavinia, además parece ser que la chica quedó encantada contigo (¡¡por supuesto!!)

M'alegro que lo pasárais todos de fábula.

17:26  
Blogger Dgv said...

Grandísimo relato de lo acontecido, no falta detalle ni sobra nada. Gran fin de semana, buena compañia, buena comida y buena (pero mucha) bebida.

Un abrazo y a preparar la próxima que sera en Oviedo o LLanes más que probablemente.

19:49  

Publicar un comentario

<< Home