Habemus guiri

Tras 2 días coñazo de tener que limpiar la casa para que parezca un lugar habitable y tener que enseñar la casa a distinta gente, parece ser que ya tenemos nueva compañía en casa para ocupar la habitación dejada por John, nuestro anterior compi de piso guiri (tan guiri que sabía el mismo español al irse que al venir, aunque seguro que podía citar más marcas de vino malo y más bares que cualquier nativo). La selección ha recaido en una irlandesa guiri total (rubia, ojos azules, bien formá), que pasará a aguantarnos durante un añito.

Para los becerros que de vez en cuando me alegran el fin de semana viniendo a visitarme desde Oviedo advertir que ahora este hogar tiene estilo y que se exigirán ciertas formas. Se acabó lo de pasearse en gallumbos de perritos por mi casa, ahora o calzoncillos de 40 euros, o en pantalón como buenos seres decentes. Y fin a eso de increpar a las mozas desde el balcón del comedor, ahora se bajará a la calle y se comentará el tema. Ya revisaré las normas sobre comer kebab tirados por mi salón...

Ah, y no, no ha venido con una cerveza debajo del brazo ni toca la gaita irlandesa, aunque intuyo que se debe pillar buenas melopeas de guiri...